Linda Blair ( Regan McNeil) / William Blatty
Con el diablo en el cuerpo
William Blatty, el guionista de "El Exorcista", cuya versión remasterizada se estrenó ayer en las salas nacionales, nunca quiso que una niña interpretara a alguien poseído por el diablo. Pero el trabajo lo hizo Linda Blair, de entonces tiernos 12 años. En esta entrevista a ambos, el escritor dice que prefería a un enano.
Por Martín Pérez, desde Nueva York.
Vamos, gira la cabeza. Esa es la frase que Linda Blair asegura haber escuchado más veces desde el estreno de "El Exorcista", el filme que la inmortalizó en el rol de Regan, la adolescente poseída por el demonio en la cinta de William Friedkin que desde hace 28 años sigue siendo un mito único dentro del cine de terror.
Por eso siempre digo que lo mejor que me pudo haber pasado en la vida fue la oportunidad de protagonizar una parodia de "El Exorcista", se ríe Blair. Porque hasta entonces no me podía reír libremente de todas esas cosas. Pero a partir de entonces lo hago cada vez más, asegura la versión adulta de aquella niña prodigio protagonista de comerciales desde la edad de cinco años, que treinta años atrás cambió Nueva York por California en busca del que ella considera que es el sueño de todos: hacer una película.
Tengo que confesar que yo siempre soñé con estar en un filme de Disney, dice Blair. Así que cuando llegó la oportunidad de actuar en una película, no la desaproveché. Claro que no era precisamente la clase de película que imaginaba. Y me cambió la vida para siempre.
La razón por la cual Linda Blair está tranquilamente sentada en una habitación de un hotel de Nueva York, hablando sobre el filme que le marcó la vida pero que fue estrenado casi tres décadas atrás, es porque finalmente William Peter Blatty se salió con la suya: el autor de la novela en la que se basó la hoy mítica película de Friedkin logró convencer al estudio y a su director de que "El Exorcista" debía reestrenarse en una versión más extensa, más acorde con la idea de la novela original.
Vamos, gira la cabeza. Esa es la frase que Linda Blair asegura haber escuchado más veces desde el estreno de "El Exorcista", el filme que la inmortalizó en el rol de Regan, la adolescente poseída por el demonio en la cinta de William Friedkin que desde hace 28 años sigue siendo un mito único dentro del cine de terror.
Por eso siempre digo que lo mejor que me pudo haber pasado en la vida fue la oportunidad de protagonizar una parodia de "El Exorcista", se ríe Blair. Porque hasta entonces no me podía reír libremente de todas esas cosas. Pero a partir de entonces lo hago cada vez más, asegura la versión adulta de aquella niña prodigio protagonista de comerciales desde la edad de cinco años, que treinta años atrás cambió Nueva York por California en busca del que ella considera que es el sueño de todos: hacer una película.
Tengo que confesar que yo siempre soñé con estar en un filme de Disney, dice Blair. Así que cuando llegó la oportunidad de actuar en una película, no la desaproveché. Claro que no era precisamente la clase de película que imaginaba. Y me cambió la vida para siempre.
La razón por la cual Linda Blair está tranquilamente sentada en una habitación de un hotel de Nueva York, hablando sobre el filme que le marcó la vida pero que fue estrenado casi tres décadas atrás, es porque finalmente William Peter Blatty se salió con la suya: el autor de la novela en la que se basó la hoy mítica película de Friedkin logró convencer al estudio y a su director de que "El Exorcista" debía reestrenarse en una versión más extensa, más acorde con la idea de la novela original.
O al menos eso es lo que dice el propio Blatty, también dispuesto a rememorar el pasado ante la prensa: La culpa de que me haya pasado todo este tiempo insistiendo en que había que presentarle al mundo esta nueva versión de "El Exorcista" la tiene el propio Friedkin, explica Blatty.
Porque esta es la primera versión del filme que él me hizo ver apenas terminó de editarlo. Luego debió cortarlo, porque la película no podía durar más de dos horas. Pero yo nunca más pude quitarme esta versión de la cabeza. Cada vez que nos encontrábamos con Friedkin él me preguntaba lo mismo. ¿Sigues pensando que la primera versión del filme es la mejor?, me decía, y yo le respondía que sí. Y él me decía: estás equivocado. Hasta que, finalmente, logré sentarlo en un cine para que viese nuevamente la versión que había desechado. Así fue como terminó aceptando que yo tenía razón.
Y dónde está el enano
Recién entendí qué era lo que había estado filmando cuando vi la película en un cine, explica Linda Blair. El rodaje duró mucho tiempo, y yo ni me preocupaba por cada escena que se rodaba. Era una niña y sólo quería salir a jugar, explica la actriz, quien no duda cuando se le pregunta por las imágenes más controvertidas del filme, los insultos y la escena clave de la masturbación con la cruz.
Eso no estaba en el guión original, aclara Linda Blair. Fue un texto que el propio Friedkin me acercó la noche anterior a que rodásemos esa escena. Recuerdo haberme negado a leerlo, ya que me daba cuenta de que eran palabras que se suponía no debía decir. Pero finalmente todos sabemos quién se salió con la suya. Siempre fue muy difícil decirle que no a William.
A la hora de las confesiones, Blatty acepta que nunca imaginó que Friedkin iba a encontrar a la actriz indicada para interpretar a Regan. El director de casting vio cientos de jóvenes para el papel, para poder llegar a presentarnos las doce o quince jóvenes que vimos William y yo. De todas ellas, Linda era claramente la indicada, cuenta Blatty, quien asegura que Mike Nichols ("El graduado") se negó a dirigir la película porque argumentó que no pondría su carrera cinematográfica en manos de una actriz de doce años.
Y, la verdad, yo nunca pensé que el papel de Regan debía ser interpretado por una niña. Voy a hacerles la confesión más humillante de todas: cuando comenzamos a producir, yo pensaba seriamente que debíamos elegir a un enano, dice Blatty, quien lanza una carcajada. Juro por Dios que así fue. Nunca creí que una niña podría hacerlo.
En el caso de Blair, a la hora de responder sobre las consecuencias que semejante papel puede acarrearle a una joven actriz, la principal interesada elige contestar con una anécdota.Hace unos años, una compañía norteamericana quiso rodar una remake de "El Exorcista" en Canadá, cuenta Linda Blair. Y se contactaron conmigo con la idea de que los ayudase a elegir a la protagonista y trabajase el papel con ella. Les respondí que no comprendía cómo se atrevían a proponerme semejante cosa... Yo sobreviví a Regan porque soy muy fuerte y tuve mucha suerte y trabajé muy duro para comprender lo que sucedió y así vivir una vida decente. Pero, les dije, bajo ningún punto de vista se podía someter a lo mismo a otra niña. Creo que eso les alcanzó como respuesta.
